El programa ha llevado a los deportistas a enfrentarse a vías de gran envergadura en Riglos, Balaitous y el Midi d’Ossau

 

El Equipo Canario de Alpinismo de la Federación Canaria de Montaña ha finalizado una intensa concentración técnica en algunos de los escenarios más emblemáticos del Pirineo aragonés y francés. Durante diez jornadas, del 19 al 29 de julio, el equipo han puesto en práctica los conceptos aprendidos durante los últimos meses en actividades de alto nivel. La concentración contó con la participación de Sophie Schlemermeyer, miembro del Equipo Madrileño de Alpinismo.

El objetivo principal del programa era afianzar los conocimientos técnicos y la autonomía de los deportistas en terrenos de alta montaña, aplicándolos en ascensiones de envergadura que requieren planificación, resistencia y una sólida gestión de la seguridad.

La concentración se estructuró en tres fases diferenciadas:

1. Mallos de Riglos: La verticalidad del conglomerado

La primera etapa tuvo lugar en los Mallos de Riglos (Huesca), un referente mundial para la escalada en paredes de roca conglomerada. Conocidos por sus imponentes formaciones verticales, los Mallos son una escuela excepcional para la escalada clásica y el manejo de la técnica en un tipo de roca muy particular. Durante su estancia, el equipo completó cuatro vías de diferente dificultad en varios de sus «mallos», lo que permitió a los alpinistas adaptarse a las exigencias de este terreno y ganar confianza en la progresión vertical.

2. Balaitous: Alpinismo clásico en un ‘tresmil’

Posteriormente, el grupo se desplazó al macizo del Balaitous, una de las cumbres graníticas más importantes y complejas de la cordillera, superando los 3.000 metros de altitud. Partiendo desde el refugio de Respomuso, el equipo acometió el ascenso a su cumbre (3.144 m) por la arista de Costerillou. Esta vía es una de las crestas de roca más famosas del Pirineo, una ruta aérea, elegante y mantenida que constituye una prueba de solidez técnica y mental para cualquier alpinista.

3. Midi d’Ossau: La gran pared del Pirineo francés

La fase final se desarrolló en la vertiente francesa, con el icónico Midi d’Ossau (2.884 m) como objetivo. Su inconfundible silueta en forma de diente es un símbolo del pirineísmo y sus paredes ofrecen algunas de las escaladas más prestigiosas de la cordillera. En este entorno, el equipo canario realizó la ascensión de las vías Mailly, Diedro 120 y Jolly.

La actividad más destacada de toda la concentración fue la escalada de la «Sudeste Clásica» al Midi d’Ossau. Con un recorrido de 530 metros, esta ruta no solo exige una excelente forma física, sino también una gran eficiencia en las maniobras y gestión del tiempo en pared, representando una prueba de madurez alpinística que el equipo superó de forma satisfactoria.

Durante las jornadas, los deportistas demostraron una notable progresión y una excelente respuesta a las actividades programadas, cumpliendo con las altas expectativas del cuerpo técnico. Esta concentración se consolida como una pieza clave en el programa de formación de la Fecamon, permitiendo a los alpinistas canarios adquirir una experiencia invaluable en terrenos de primer nivel.